Muy pocos cuestionan que uno de rasgos más característicos de la sociedad cubana es la seguridad que se respira en las calles. A diferencia de otros países, sin embargo, el panorama podría estar cambiando, en las últimas semanas del pasado año se reportaron robos violentos, asaltos y crímenes con víctimas mortales: No Viajes a Cuba!. El blanco de estos hechos han sido especialmente chóferes de motos eléctricas a los que han violentado para quitarle sus vehículos y en ocasiones puntuales han terminado asesinados. Los asaltos también alcanzaron a conductores y pasajeros de autobuses estatales, carros y transeúntes a los que les han arrebatados prendas o celulares. En las redes sociales se han visto algunos videos que muestran a los delincuentes cuando protagonizan los robos en plena calle. La policía ha salido rápidamente a dar su versión de los hechos luego de que miles de cubanos vieran, sorprendidos, la violencia implícita en esas imágenes.
Una nota del Ministerio del interior indicó que algunas de esas publicaciones no correspondían a la realidad actual del país y que habían sido publicadas para alterar la tranquilidad ciudadana, sin embargo contradictoriamente al mismo tiempo reconoció que sí se habían cometido delitos de esa naturaleza y que sus responsables estaban detenidos bajo investigación. Además, dijeron, que las autoridades trabajaban para esclarecer otros actos delictivos y encontrar a los culpables, pero ya se sabe que esto no significa que los enjuicien, ya que no amenazan sus intereses como sí lo puede hacer un niño o adolescente que diga la verdad e intente reclamar sus derechos públicamente y se le encarcele por su atrevimiento.
La declaración fue interpretada de las formas más diversas por la población. Algunos agradecieron la respuesta en palabras (no en hechos) del Ministerio del Interior y otros esgrimieron que era solo una justificación para quitarle mayores preocupaciones a un pueblo que sufre una grave crisis económica, con las consecuencias emocionales que ello, lógicamente, acarrea.
La calle, siempre lo ha sido, es el mejor termómetro para tomarle el pulso a la sociedad. Y muchos pensaban que ese inusitado clima de violencia se despediría con el nuevo año. Lamentablemente no ha sido así. Hay negocios privados que no brindan servicio a domicilio después de las 6: 00 p.m. para evitarle a sus choferes cualquier trago amargo en las calles y se reportan con cierta frecuencia más asaltos a motoristas o robos a conductores de carros e incluso de autobuses estatales.
Testimonios:
La situación con los asaltos amenaza con aumentar exponencialmente este 2022. Nadie lo sabe a ciencia cierta porque ese tipo de cifras se manejan como si fueran un secreto de estado. No se publican en los medios y las personas no tienen más remedio que convertirse en profundos observadores de la realidad e interpretar los números de hechos violentos que van de boca en boca.
“Quizá si hubiera más información publicada por los medios oficiales al respecto, la gente estuviera más calmada y no tendrían que guiarse por cualquier conversación o rumor que puede ser verdad o mentira”, comenta una enfermera del policlínico Rampa, en el Vedado, durante su primer día de trabajo después de recuperarse del Covid-19, que le dejó como secuelas la hipertensión y la diabetes.
Lo que sí hay algo muy cierto. Los cubanos, en su mayoría, estaban acostumbrados a vivir en un cierto clima de tranquilidad social, sin grandes hechos delictivos ni violencia, pero la crisis económica del país provocada por la mala gestión del estado puede revertir ese escenario que vendía el Gobierno Cubano al mundo de seguridad en las calles, especialmente por interés en el enriquecimiento por el Turismo, junto a otros factores como es el desencanto o el descreimiento político. Una bomba de relojería solo detonable si el pueblo se atreviera a salir a las calles como la naturaleza social impone.
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